COLECCIÓN: Estudios y Comentarios, 17

Colección:Estudios y Comentarios
Número:17
Editorial:
Año de edición:2014
ISBN:978-84-941410-1-0
Páginas598

Municipios y Cambio Climático. Hacia la construcción de una agenda para la paradiplomacia ambiental

Nahuel Oddone

Horacio Rodríguez

En los últimos años las ciudades del mundo hemos avanzado en diversas alianzas que nos han
permitido conocer las buenas prácticas emprendidas en materia de sustentabilidad y el desarrollo
de estrategias integrales para hacer frente a los retos ambientales que inciden en la calidad de
vida de nuestras comunidades.

Uno de los mayores retos a los que hoy nos enfrentamos es el calentamiento global. Resultado
de la actividad humana, específicamente por la intensidad con la que utilizamos combustibles
fósiles, la destrucción y pérdida de grandes áreas de selvas y bosques, inciden directamente en
lo que conocemos como cambio climático.

Las variaciones en el clima y en el tiempo tienen un impacto considerable en diversos tipos
de actividades económicas y la lista de sectores sujetos al riesgo climático incluyen: energía,
agricultura, agua, salud, biodiversidad, turismo, construcción, por mencionar algunos.

El efecto inercial y el ritmo de generación actual de emisiones de gases de efecto invernadero
implican que, aún cuando pudiésemos lograr el equilibrio entre estas emisiones y la capacidad de
los ecosistemas para neutralizar sus efectos, el cambio climático durante este siglo seguirá siendo
una realidad con la que habrá que vivir.

Los grupos vulnerables sentirán de manera más rigurosa sus efectos, ya que son ellos quienes
más directamente se encuentran expuestos a eventos atmosféricos; además cuentan con menores
recursos para enfrentarlos y requieren de mayor tiempo de recuperación ante estas circunstancias.

El cambio climático ocupa importantes acciones de nuestras agendas ya que la calidad de vida
de las ciudades depende cada día más del acceso seguro y conservación de sus recursos naturales
–agua, aire, suelo, biodiversidad-, y a la buena planeación urbana y el diseño efectivo de
políticas públicas ambientales.

No debemos perder de vista que los principales índices para medir la calidad de vida en las
ciudades incorporan cada vez más temas relacionados con la agenda ambiental, principalmente lo
relacionado con el entorno ambiental, los servicios públicos y transporte, y el manejo y previsión
de recursos naturales.

Un claro ejemplo de ello es que una ciudad mal diseñada causa grandes necesidades de movilidad
y transporte, también genera tráfico, contaminación del aire, frustración en la ciudadanía y
enormes pérdidas de productividad por el tiempo perdido en transportarse.

El cambio climático potenciará las vulnerabilidades ya existentes incrementando las dificultades
a las que se enfrentan los pobladores y sus posibilidades de desarrollo, es por esto que
este fenómeno podría resultar en una potenciación de la pobreza si no se aplican las políticas
necesarias para favorecer la adaptación de la ciudad en general y de las comunidades más
pobres en particular.

Entender los problemas, riesgos y vulnerabilidades de nuestras comunidades, y su vínculo con
el desarrollo, son elementos fundamentales para adaptarse a los cambios que se ciernen sobre
las comunidades. Hacia este objetivo es en donde los gobiernos locales y municipales debemos
enfocar nuestro trabajo.

Estrategias que permitan que los ciudadanos y la economía funcionen con una menor contribución
de compuestos de efecto de invernadero se desglosan en una amplia serie de acciones en donde
los gobiernos locales y municipales tienen un espacio privilegiado: el crecimiento del transporte
público; la transformación de la tecnología vehicular; mayor eficiencia en el uso de energía en
edificios, instalaciones industriales, sistemas de alumbrado público, sistemas de bombeo de agua
y en los hogares; el aprovechamiento de las energías renovables para producir calor y generar
electricidad; el uso racional del agua en un sentido amplio -que incluye su ahorro y reuso, el
aprovechamiento de agua de lluvia y la recarga de acuíferos; y la reducción en la generación de
residuos y la promoción de su manejo adecuado.

Los gobiernos locales y municipales ya hemos puesto el ejemplo desarrollando acciones concretas
en temas como la eficiencia energética, las energías renovables, el transporte no motorizado,
el transporte público, el manejo integral del agua, así como el aprovechamiento de los residuos,
el cuidado de la biodiversidad, el monitoreo epidemiológico, la comunicación y educación a la
población, entre otros, así como estableciendo compromisos públicos de reducción de emisiones
y de adaptación a los efectos del cambio climático.

Muchas de las regiones de Iberoamérica vulnerables al cambio climático están también sometidas
a presiones de fuerzas tales como crecimiento de la población, agotamiento de los recursos
y pobreza. La política para disminuir la presión ejercida en los recursos, para mejorar la situación
respecto a riesgos ambientales, y aumentar el bienestar de los miembros más pobres de la sociedad
pueden simultáneamente adelantar el desarrollo sostenible y la equidad, mejorar la capacidad de
adaptación, y hacer que disminuya la vulnerabilidad a las tensiones climáticas. Si se incluyen los
riesgos climáticos en el diseño e implantación de iniciativas de desarrollo puede fomentarse la
equidad y el desarrollo, lo que es más sostenible y permite disminuir la vulnerabilidad al cambio
climático.

En este contexto, tanto el financiamiento como la coordinación de esfuerzos, resultan imprescindibles
hoy, ante la necesidad de acciones para responder y adaptarse a los efectos del cambio climático,
en el plano nacional, regional y local, pues la inacción, tendrá mayores costos que la acción.

El trabajo que se presenta coordinado por Nahuel Oddone y Horacio Rodríguez Vázquez,
permitirá contar con elementos sólidos para conocer el papel que juegan los municipios ante
el cambio climático, específicamente la paradiplomacia iberoamericana en materia de medio
ambiente y cambio climático, abordando la cuestión del desarrollo urbano de manera holística.

Al tomar conciencia de los desafíos y de las oportunidades que plantea el cambio climático, las
sociedades en general y en particular los gobiernos y los habitantes de las ciudades, se enfrentan
a la necesidad de revisar los estilos de desarrollo económico que han dado lugar a patrones de
producción y de vida cotidiana con un fuerte impacto en los ecosistemas.

La capacidad de responder a estas crecientes preocupaciones internacionales, sin obstaculizar
el proceso de desarrollo de nuestras comunidades, es posiblemente uno de los desafíos más importantes de nuestro tiempo, sin duda que este trabajo aporta elementos imprescindibles para la
adecuada planificación de las acciones para enfrentar los retos ambientales de nuestro tiempo.

Hoy somos protagonistas de los principales cambios que se viven en el mundo y por tanto es
imperioso ejecutar acciones que permitan un aprovechamiento integral y eficiente de los recursos
naturales y humanos.

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